TOPONIMIA DE LAS PARTIDAS RURALES DE ELCHE
Descubriendo las partidas rurales de Elche – un viaje por la historia y el paisaje
Siempre he tenido la costumbre de observar mi con curiosidad. No me considero un experto, ni pretendo dar lecciones de historia, pero sí soy alguien a quien le gusta caminar, leer y conectar los hilos invisibles que unen los lugares con su pasado. Hoy quiero compartir algo que me ronda la cabeza desde hace tiempo: los nombres y orígenes de las partidas rurales de Elche.
Porque, aunque parezca que siempre han estado ahí, organizadas y con límites claros, la verdad es que su historia es mucho más compleja de lo que nos cuentan en una línea de Wikipedia.
¿Cuándo nacen las partidas rurales?
He leído en algún sitio –quizá no demasiado bien documentado– que las partidas de Elche se remontan a la época de la Reconquista, cuando el rey Jaime I reorganizó territorios. Pero, siendo sinceros, creo que el asunto no es tan sencillo. Si uno bucea un poco en archivos y libros sobre Elche (y yo lo he hecho), se da cuenta de que han pasado siglos de epidemias, conflictos, cambios de poder y decisiones políticas que han moldeado lo que hoy entendemos como “partidas rurales”.
Un dato curioso que a muchos se les escapa: hasta 1835, cuando Santa Pola se independizó de Elche, solo se mencionaban dos partidas en los documentos oficiales: la propia Santa Pola y San Francisco de Asís, en la Sierra del Molar. Y ahí hay otra historia interesante: una gran epidemia obligó a trasladar a sus habitantes hacia una nueva ubicación, que tomó el nombre natural del lugar: La Marina, aunque siguieron venerando al mismo santo de su antiguo pueblo.
¿No es fascinante cómo un simple brote de enfermedad puede redibujar un mapa?
Política, territorio y… ¿partidas “nuevas”?
Lo que refuerza mi teoría es que muchas partidas no son tan antiguas como creemos. De hecho, algunas se “reorganizaron” ya bien entrado el siglo XIX, y siempre en función de intereses municipales. Un ejemplo reciente lo tenemos en Los Arenales del Sol, que antes pertenecían a las partidas del Altet y Balsares. Fue el propio Ayuntamiento quien decidió crear esta nueva división para frenar un movimiento vecinal independentista. Un juego político de libro.
Esto, en otros municipios, se ha hecho dividiendo los territorios en “Alto” y “Bajo”. En éste caso, simplemente, se inventó una partida nueva. Aunque los términos antes citados también están en varias partidas, Torrellano, Valverde, las Bayas, Alzabares, partidas que debido a su extensión podían representar un peligro a Elche.
La geografía como pista para descifrar los nombres
Pero para entender los topónimos, sobre todo en la zona sur del municipio, no basta con mirar documentos: hay que mirar el paisaje. Hay que imaginar cómo era hace siglos.
Y ahí es donde la historia se pone apasionante. Si abrimos los textos de autores como Plinio el Viejo, en su Historia Natural, encontramos descripciones de la costa mediterránea que, aunque escritas hace casi dos mil años, nos ayudan a visualizar un territorio completamente distinto.
Desde Lucentum (la actual Alicante) hasta Cartago Nova (Cartagena), Plinio habla de una costa llena de terrenos inundables, pantanos y pequeñas islas. Menciona el Sinus Ilicitanus, una gran bahía donde estaba el puerto de la ciudad íbera y romana de Illice, y describe cómo el monte de Santa Pola formaba casi una península.
Otro autor antiguo, Avieno, en su obra Ora Marítima, añade un detalle más: frente a ese gran golfo se veían tres islas. Hoy, una de ellas sería el monte de Santa Pola, otra Tabarca y la tercera, la Sierra del Molar.
¿Te imaginas navegar por esa costa y ver un paisaje casi irreconocible comparado con el actual?
Tres zonas bien definidas
Elche no es un territorio homogéneo. Si lo miramos con calma, podemos distinguir tres áreas muy claras:
La zona sureste, que en su día eran tierras pantanosas e inundables, ganadas poco a poco al mar. Si recorres la carretera interior desde Torrevieja hacia Alicante, todavía puedes ver huellas de ese pasado: las salinas de Torrevieja, la laguna de La Mata, el Hondo de Elche y Crevillente, la Vereda de Sendres (donde antaño pasaban carros cargados de barrilla, una planta usada para fabricar cristal y jabón)… y un largo rosario de marjales y carrizales.
La meseta central, más elevada y fértil, donde se asienta el casco urbano de Elche, casi equidistante de todas las partidas.
La zona norte, una cadena montañosa que viene de Crevillente y termina en el mar, ya dentro del término municipal de Alicante.
Y en medio de todo esto, los nombres de las partidas guardan las claves para entender cómo se ha transformado el territorio y la historia que lo sostiene.
Episodio 2: El lenguaje del territorio – descifrando nombres que cuentan historias
En el episodio anterior hablábamos de cómo el territorio de Elche, con su mezcla de marjales, mesetas y montañas, ha ido moldeando la distribución de sus partidas rurales. Hoy vamos un paso más allá: vamos a descifrar los nombres de algunas de ellas.
Porque cada topónimo es como una pequeña cápsula del tiempo. Nos habla de cómo era el lugar cuando fue bautizado, de lo que veían y sentían quienes lo habitaban. Y aunque hoy el paisaje haya cambiado, el nombre permanece como una pista silenciosa.
Vamos a recorrer juntos seis partidas del sur de Elche.
El Altet /L'Altet - un “alto” que ya no lo es tanto
Si miramos el núcleo urbano de El Altet, entender su nombre es casi un ejercicio de geografía básica. El caserío original se asentó sobre una pequeña elevación rocosa. A su alrededor, todo era una depresión inundable, un mosaico de charcas y marjales que, con los años, fueron drenados y convertidos en campos de cultivo y, más recientemente, en urbanizaciones dispersas.
En sus inicios no era “la partida de El Altet”, sino simplemente les cases d’El Altet, las casas situadas en aquel alto. Con el tiempo, el nombre se amplió al territorio entero.
Paradójicamente, si uno recorre hoy la partida, no encontrará nada especialmente “alto”. De hecho, gran parte del paisaje es llano y bajo. Pero el topónimo sobrevivió al paso del tiempo, como un guiño al origen del poblado.
Los Arenales del Sol – las dunas que se convirtieron en urbanización
En contraste, Los Arenales del Sol es una partida moderna, nacida apenas hace unas décadas. Antes de los años 60, no había más que casas dispersas, dunas y roquedales. La arena fina, modelada por el viento, daba al paraje un aspecto salvaje y costero.
Fue el empresario Tomás Bañuls quien decidió urbanizar la zona. Construyó los primeros edificios y un hotel, al que bautizó precisamente como Arenales del Sol. El nombre, evocador y turístico, terminó imponiéndose como topónimo oficial.
Hasta los años 80 o 90, este territorio pertenecía en realidad a El Altet y Balsares, pero la presión urbanística y el auge turístico lo convirtieron en una entidad propia. Es un buen ejemplo de cómo, incluso en tiempos recientes, la política municipal sigue redibujando el mapa.
Balsares – los charcos que nombraron la tierra
Si seguimos hacia el sur, llegamos a Balsares (Bassars en valenciano), cuyo nombre es un retrato directo del paisaje original.
La zona era una depresión inundable, alimentada por las filtraciones de la playa del Carabassí y el Clot de Galvany. Gran parte del año permanecía cubierta por embalses de agua, pequeños lagos estacionales que los habitantes llamaban bassars.
Aquí, la geología manda: todo el sureste del municipio tiene un suelo arcilloso e impermeable, formado por siglos de sedimentos, lo que favorece la creación de humedales. Hoy vemos invernaderos, cultivos y casas dispersas, pero si imaginamos el paisaje de hace doscientos años, sería un gran espejo de agua con cañaverales.
Valverde – un valle verde que ya no lo es tanto
El nombre de Valverde (Vallverda en valenciano) tiene dos posibles explicaciones. Hay quien dice que viene de una familia con ese apellido, que habitó la zona en tiempos pasados. Pero, conociendo bien la partida y su historia, me inclino por otra hipótesis:
Entre la antigua ciudad de Illice y el Portus Ilicitanus (en la actual Santa Pola) existía un istmo elevado, flanqueado por marjales y lagunas. Al este del istmo, se veía un paraje lleno de agua y vegetación, como un gran valle verde. Es fácil imaginar a un viajero antiguo refiriéndose a él como “la vall verda”.
Curiosamente, este tipo de topónimo es muy común en España, sobre todo en Andalucía. Y en un documento de 1742, cuando se edificó la ermita de Santa Ana de Valverde, se menciona a la partida con otro nombre: Los Calderones. Los nombres también cambian con las generaciones.
Baya – una bahía convertida en tierra firme
En la partida de la Baya (Baia), el origen del nombre sigue generando debate. Algunos lo relacionan con la Sierra de Tabaià, en el norte del municipio. Otros creen que viene del vocablo árabe tabaia, que significa “tapia”, porque el territorio actuaba como una especie de muralla natural entre la albufera de Elche y Santa Pola.
Sin embargo, hay una explicación que me resulta más lógica: durante siglos, esta franja de tierra fue realmente una bahía, un entrante de mar que llegaba hasta aquí. Con el tiempo, el sedimento rellenó la bahía y la convirtió en tierra firme, pero el nombre quedó, deformado por la pronunciación popular.
Asprillas – tierras ásperas y algas malolientes
Por último, llegamos a Asprillas (Asprella), un nombre que puede explicarse de dos maneras… y ambas son igual de válidas.
La primera viene del latín asprus, que significa áspero, y describe bien el carácter de estas tierras: cercanas a humedales, salitrosas y difíciles de trabajar.
La segunda hipótesis es más curiosa: Asprella es también el nombre de una alga macrófita (Chara vulgaris), una planta acuática de olor desagradable, típica de aguas estancadas. Estas algas actúan como filtros naturales, y no sería extraño que fueran tan abundantes que terminaran dando nombre al lugar.
Un mosaico de paisajes y memorias
Estos seis topónimos son solo un pequeño ejemplo de cómo el paisaje, la historia y la memoria colectiva se entrelazan en el lenguaje. Algunos nombres nacen de la orografía, otros de actividades humanas, otros de transformaciones recientes.
Cuando caminamos por estas partidas, muchas veces vemos casas modernas, carreteras y cultivos, pero si sabemos escuchar lo que nos cuentan los nombres, descubrimos el paisaje oculto del pasado.
En el Episodio 3 seguiremos explorando otros topónimos del municipio, algunos con raíces aún más antiguas y sorprendentes.
Episodio 3: Entre hoyas, pozos y tierras codiciadas – más nombres que hablan del pasado
En el episodio anterior recorrimos partidas costeras y de humedales. Hoy avanzamos hacia el interior, donde los nombres siguen siendo auténticas huellas del paisaje original y de las civilizaciones que lo habitaron. Desde hoyas y barrancos hasta tierras fértiles y lugares de vigilancia, cada topónimo es una pista de cómo nuestros antepasados veían y usaban el territorio.
Como persona que le gusta la
lectura e investigación de todo lo que me rodea, pero sin ánimo de sentar
cátedra, a continuación voy a tratar, como conocedor de lo orografía de la zona
y haber recorrido, si no, en profundidad, pero si lo suficiente para conocer
caminos y recovecos de todas ellas, me he propuesto descifrar el topónimo de
cada una de las partidas rurales de Elche.
Las partidas rurales de Elche, he
leído en algún sitio, creo que no suficientemente documentado, que datan de la
época de la reconquista por parte del Rey Jaime I, pero sin querer entrar en
debates, creo que han pasado muchas cosas hasta llegar a conformar la
distribución tal como la conocemos ahora. Para decir esto me baso, en los
libros que he podido leer sobre la ciudad de Elche y la investigación de los archivos
municipales.
Hasta 1835, cuando Santa Pola
consigue segregarse de Elche, las únicas partidas rurales que aparecen en
varios documentos son la partida de Santa Pola y la de San Francisco de Asís en
la sierra del Molar, que debido a una gran epidemia sufrida por este poblado en
1885 se trasladaron al emplazamiento actual, asumiendo el nombre natural de la
zona que ocupaban, La Marina, consagrando la iglesia al mismo santo que
veneraban en la antigua ubicación.
Esta y no otra teoría, es la que
me hace pensar que las partidas rurales empiezan a funcionar pasada la mitad
del siglo IXX, con sus respectivos retoques, siempre en función del interés
municipal, como recientemente paso con la nueva partida rural de Los Arenales
del Sol, territorio segregado de la partida de El Altet, a raíz del brote
independentista de esta partida rural por medio del PIVA (Partido Independiente
Vecinos de El Altet). El ayuntamiento para restarle fuerzas creo esta nueva
partida, en otros lugares se ha empleado la división del partido rural en Alto
y Bajo.
Para entender los topónimos,
sobre todo de la zona sur del municipio, nos tenemos que fijar mucho en su orografía
y saber cómo era unos siglos antes.
Según Plinio el Viejo en su
Historia Natural en los capítulos que dedica a la Península Ibérica, hace casi
una perfecta descripción de toda la costa del Mar Mediterráneo, pero desde la
ciudad de Lucentum (Alicante) hasta
Cartago Nova (Cartagena), lo único que cita son terrenos inundables permanentes
y pantanosos que dejan pequeños islotes y alguna pequeña península a la vista,
describe la Isla Plana (Tabarca) y el Sinus Ilicitanus donde se encuentra el
puerto de la ciudad de Illice, - el monte
de Santa Pola, podría formar una península hasta llegar a la cuidad de la
Alcudia - y la desembocadura del rio
Thader o Teodoro (Segura), Avieno en su obra ORA MARÍTIMA describe la zona diciendo: " llegando al Sinus Ilicitanus se divisan tres islas, en aquel tiempo correspondían al que ahora es el monte de Santa Pola, la isla de Tabarka y la sierra del Molar.
El término municipal de Elche lo
componen tres áreas muy identificadas: La zona sureste ocupa una gran franja de
tierras pantanosas, inundables por el mar y la desembocadura de los ríos
Vinalopó y Segura, en esta zona se fue ganando terreno poco a poco al mar, pero
si transitamos, desde Torrevieja hasta Alicante en la zona de Agua Amarga y
Urbanova por carreteras del interior podemos ver en todo momento, estas zonas
de las que hable anteriormente, las salinas de Torrevieja, la laguna de La
Mata, el Hondo de Elche y Crevillente, la Vereda de Sendres, - llamada así porque, este era el camino que
recorrían los carros para transportar los bloques de ceniza de “barrilla”
producto con un elevado contenido de sosa caustica, utilizado en la fabricación
del cristal y el jabón – podemos ver a ambos lados zonas pantanosas llenas de
carrizales, mas adelante podemos ver a la derecha la albufera y las salinas de
Santa Pola, un poco más adelante y frente a la partida de Balsares podemos ver
la zona del Clot de Galvany y ya camino de Alicante cruzamos por la zona de la
Senieta en El Altet, para llegar a la antigua salinera Catalana en la zona de
Agua Amarga.
La segunda área la conformaría una
pequeña meseta central, formada por buenas tierras de labor, donde se encuentra ubicado el casco urbano de
la ciudad de Elche, situado en el centro del municipio, casi equidistante de
todas las partidas.
La tercera área, es la zona norte
del municipio, una cadena montañosa que viene de Crevillente y llega hasta el
mar, ya en el término municipal de la capital, Alicante.
Oficialmente, según Manuela Mora
Pascual, concejal de pedanías del Ayuntamiento de Elche, existen 33 partidas
rurales, yo solo voy a intentar teorizar, sacando mis propias conclusiones,
pero sin dejar de significar, lo que otros pudieron investigar o teorizar antes
que yo, sobre el nombre de 28 partidas.
Acompaño mis teorías y conclusiones con la recreación de un mapa de la costa de Elche y comarca en la que podemos apreciar las zonas inundables y las tierras ganadas al mar, estas descripciones están contempladas en la Historia Natural de Plinio "El Viejo" en los capítulos concernientes a Hispania.

Vamos paso a paso.
La Hoya – una depresión en el paisaje
El topónimo La Hoya (La Foia en valenciano) es tan común en la Comunidad Valenciana como la propia orografía que describe. Una foia no es más que una depresión natural del terreno, un “clot” donde las aguas se acumulaban.
Pero esta partida también tiene un nombre más antiguo y casi olvidado: en el libro Les Ermites Ilicitanes, Joan Castaño menciona que la ermita de San Antonio de Padua (construida en 1724) estaba en el Pantá de la Osa. Es un ejemplo claro de cómo un mismo lugar puede tener varias denominaciones según la época, todas ellas reflejando lo que más llamaba la atención del paraje.
Daimes – tierra de vigilancia
El nombre de Daimes parece venir del árabe daimus, que significa edificio o torre vigía. Y si observamos su ubicación, tiene sentido: está cerca de la desembocadura del río Vinalopó y de las antiguas zonas inundables.
Desde aquí, en tiempos pasados, se podía controlar visualmente la costa y detectar posibles invasiones. No sería extraño que en la época islámica hubiese una torre o atalaya en este punto estratégico, destinada a proteger tanto las tierras de cultivo como las rutas de acceso al interior.
Derramador – donde el río se dispersa
Aquí no hay dudas: Derramador (Derramaor en valenciano) toma su nombre del fenómeno natural que ocurre en estas tierras.
El Vinalopó, tras su largo recorrido, llegaba exhausto a esta zona. Ya no era un río definido, sino más bien un azarbe, un cauce de aguas mansas que se “derrama” en los humedales antes de desaparecer. Este sistema de drenaje natural, aprovechado durante siglos para el riego, dio origen al nombre.
Es un recordatorio de cómo los ilicitanos aprendieron a convivir con el agua, canalizándola y distribuyéndola para convertir marjales en campos fértiles.
La Marina y El Molar – del monte a la costa
La Marina es una de las partidas con más historia. Originalmente, estaba situada en la sierra del Molar y se llamaba partida de San Francisco de Asís. Pero en 1885 cambió su emplazamiento hacia la franja costera y adoptó un nombre más acorde: La Marina.
Este traslado refleja la transformación del territorio con el paso del tiempo: de una partida serrana vinculada a un convento franciscano, pasó a ser una zona costera que miraba hacia el mar.
Pusol – el lugar del pozo
Pusol (Puçol) comparte nombre con otras localidades valencianas, y todas tienen un origen común: el latín puteus, que significa pozo.
En esta partida, el topónimo puede deberse a la existencia de algún pozo de especial importancia o, simplemente, a la orografía húmeda, cercana a humedales y marjales, donde era fácil extraer agua. Curiosamente, Pusol también es conocido hoy por su Museo Escolar, que conserva la memoria rural del Campo de Elche.
Algoda – el lugar del agua (o de lo alto)
Algoda es una herencia directa del árabe, pero con un matiz curioso. Podría venir de algodón, “lugar alto”, algo que encaja con la ligera elevación que caracteriza su terreno.
Pero también podría derivar de al-gudäyyir, que significa lugar donde fluye el agua, lo que tendría sentido si pensamos en los pozos que existían en la zona y que proporcionaban agua de buena calidad y fácil acceso. Quizá ambas explicaciones estén conectadas: un lugar algo elevado, pero fértil y bien abastecido de agua.
Matola – tierra de matorrales y barrancos
Matola es uno de los topónimos más difíciles de descifrar. No hay una etimología clara, pero el sentido común nos lleva a pensar en un lugar de matorrales.
La orografía de la partida es perfecta para ello: varios barrancos que bajan desde la sierra de Crevillente descargan sus aguas aquí, creando un terreno donde la vegetación silvestre se desarrollaba con fuerza.
Hoy Matola es una zona muy habitada y conocida por su gran parroquia y fiestas populares, pero su nombre nos recuerda ese paisaje agreste de antaño.
Algoros – donde enraízan las plantas
Como Algoda, Algoros también pertenecía al antiguo Magram árabe, tierras otorgadas a comunidades musulmanas. Su nombre podría traducirse como “lugar donde enraízan las plantas”, de al (lugar) y gurús (raíz).
Es una descripción directa de su fertilidad, porque estas eran tierras buenas para el cultivo. De hecho, Algoros sigue siendo una partida eminentemente agrícola.
Llano de San José – del convento al casco urbano
Hoy el Llano de San José (Pla de Sant Josep) está prácticamente engullido por el casco urbano de Elche. Su nombre viene del convento de San José, erigido en 1561 a las afueras de la ciudad, en una zona que entonces se conocía simplemente como el Pla.
Con el crecimiento urbano, el llano se convirtió en ciudad, pero el nombre ha sobrevivido como un testimonio de su origen religioso y rural.
Alzabares – la tierra de la atzavara
Alzabares (Atzavars) es una partida cargada de historia: en sus límites estuvo la antigua ciudad íbera y romana de Illici, en el yacimiento de La Alcudia.
Sobre su nombre hay varias teorías. Algunos lo relacionan con la palabra azarbe (canal de drenaje), pero una explicación más poética es que venga de la atzavara, una planta originaria del norte de África, traída por los árabes. De ella se extraía aloe y el zumo de acíbar, muy valorado por la medicina islámica. Tal vez en esta zona se cultivaba de forma abundante.
Altabix – un lugar bello
Altabix ha tenido varias formas históricas: Artabix, Altabaig, Altabich… pero la que quedó fue la actual. Etimológicamente, podría venir de al-tabih, que significa embellecer o decorar.
Así que Altabix sería, literalmente, “un lugar bello”, un espacio que destacaba por su paisaje o su posición privilegiada. Hoy es un barrio de la ciudad, pero su nombre mantiene ese aire evocador.
Jubalcoi – el bualjibe de lasenas aguas
Jubalcoi (Jubalcoy) se ubica al noreste de Elche y, como tantas otras partidas, su nombre tiene raíces árabes: yybb (aljibe), al (lugar) y quai (rico, fuerte, poblado).
Podríamos traducirlo como “el lugar poblado donde hay un aljibe de ricas aguas”. Una definición perfecta para unas tierras fértiles y bien abastecidas, que atraían asentamientos.
Maitino – donde amanece primero
El nombre de Maitino viene del latín matutinum, que significa mañana o amanecer. Por deformación lingüística acabó siendo Maitino.
Si miramos el paisaje, tiene lógica: viniendo desde Elche hacia el este, es uno de los primeros lugares donde se ve salir el sol, a través de la vaguada que ocupa hoy el aeropuerto y Urbanova.
Perleta – la pequeña joya de la huerta
De Perleta se ha dicho que viene del latín petrula (piedra, roca), pero quien conoce bien estas tierras sabe que no son especialmente pedregosas. Salvo una pequeña loma compartida con Valverde, es un terreno llano y fértil, muy codiciado por su productividad y cercanía a la ciudad.
Quizá, más que roca, Perleta haga referencia a una “pequeña perla”, una tierra valiosa y deseada. En Les Ermites ilicitanes se menciona que la ermita de Sant Vicent Ferrer de Perleta estaba en la partida de el Aljub, otro indicio de su riqueza en agua.
Un mapa lleno de significados
Con estos topónimos vemos, una vez más, que el territorio habla. Pozos, matorrales, barrancos, plantas medicinales, amaneceres y aljibes… todo queda reflejado en nombres que han sobrevivido siglos, incluso cuando el paisaje ya no es el mismo.
EPISODIO 4 – MÁS PARTIDAS RURALES DE ELCHE
Seguimos nuestro viaje por la historia, la etimología y la memoria viva de las partidas rurales del Camp d’Elx. En este episodio exploraremos nuevos enclaves cargados de identidad, algunos convertidos hoy en núcleos residenciales, otros casi deshabitados, pero todos con un nombre que guarda secretos del pasado.
TORRELLANO
El origen del topónimo ha generado mucha polémica. Durante tiempo se creyó que provenía de la unión de “torre” y “llano”, pero la documentación histórica lo vincula al apellido Torre de Llanos. La repoblación de estas tierras tras la reconquista trajo gentes de Asturias, Extremadura, Aragón y Cataluña, donde se llamaba “torres” a las casas de verano.
Sin embargo, el nombre Torrellano quedó fijado por el título nobiliario de Conde de Torrellano, concedido a Juan Francesc Baíllo de Llanos en 1716 y ratificado por Felipe V en 1728.
De hecho, hasta bien entrado el siglo XX no era un topónimo popular. Un ejemplo es que, cuando en 1905 se inauguró el mítico tren “Chicharra”, la parada en la zona se llamaba Llano de las Manolas, no Torrellano. El uso del nombre actual llegó más tarde, consolidado por la administración y la historia oficial.
SALADAS (LES SALADES)
Un nombre que no deja lugar a dudas. Estas tierras son salitrosas, y los pozos y minas de agua de la zona tienen una salinidad muy alta. Todavía se conserva la memoria de un lugar llamado El Salobre, en el límite norte de Torrellano, lo que hace pensar que pudo haber humedales, o incluso que en tiempos antiguos el mar llegaba a inundar parte de este territorio
SANTA ANA
Tras cruzar el Portell de Salades y el camí des Bous, aparece esta partida que recibe su nombre de una ermita construida en 1709, hoy reducida a unas piedras mal alineadas. Estaba consagrada a Santa Ana, abuela de Jesús de Nazaret.
En su momento fue un enclave estratégico, pues estaba en un paso obligado hacia Alicante. Hoy es una zona con residencias de veraneo, frecuentadas por ilicitanos y alicantinos que buscan tranquilidad.
VALLONGAS (VALLONGUES)
Un topónimo que describe la geografía: un “valle largo”. Esta pedanía está prácticamente deshabitada y conecta con el valle del Vinalopó, extendiéndose hasta las cercanías de Alicante. De hecho, junto a las Atalayas de la capital hay un Pla de Vallongues, compartiendo el mismo nombre.
FERRIOL
Situada en plena montaña, al noreste de Elche, apenas tiene viviendas permanentes. Su nombre podría venir del latín ferreolus (“lugar férreo”), o del catalán ferriola (“fuente rojiza”). Históricamente fue una cantera importante para las grandes construcciones de Elche, pero no se descarta que pudiera haber pequeñas explotaciones de hierro, dado el carácter pedregoso del terreno.
CARRÚS
Una de las partidas más antiguas y extensas, aunque su etimología es incierta. Algunos la vinculan al mallorquín carruixa o al árabe kurus (“vientre de animal”). Otra teoría la asocia a una familia llamada Rus, ya que en valenciano ca + nombre indica “casa de”.
Lo que sí está documentado es que en 1690 se otorgó el Marquesado de Torre de Carrús, rehabilitado en 1930 por Alfonso XIII. Así, al igual que Torrellano, el nombre podría derivar de un título nobiliario.
TOSCAR
Hoy desaparecida como partida independiente, absorbida por la ciudad. Su nombre viene de una gran hacienda ubicada en un terreno rocoso. En valenciano, toscar significa “zona de roca calcárea”. En el pasado formaba parte de la extensa partida de Carrús.
PEÑA LAS ÁGUILAS (PENYA D’AGUILES)
Hoy es una urbanización residencial, pero antiguamente era un paraje agreste y poco productivo. El topónimo se toma de la sierra de las Águilas, aunque con cierta ironía, pues era tan inhóspito que se decía: “ni las águilas van allí”.
Actualmente, las águilas son raras de ver en esta zona, pero el nombre sigue sonando poético y evocador.
¿Qué tienen en común todas estas partidas?
Que sus nombres no son meras etiquetas. Son fragmentos de historia, testimonio de repoblaciones, de paisajes que fueron diferentes, de cultivos que ya no existen y de familias y títulos que marcaron una época.
CONCLUSIÓN
Seguiremos haciendo de las partidas rurales, un resumen temático agrupándolas por su origen (árabe, latín, geografía, nobleza etc..)
RESUMEN TEMÁTICO DE LAS PARTIDAS RURALES DEL CAMP D’ELX
Tras recorrer los cuatro episodios, podemos agrupar las partidas según el origen de su topónimo. Esto nos ayuda a entender cómo la historia, la lengua y el paisaje dejaron huella en sus nombres.
1. Partidas de origen árabe
Durante siglos, el territorio ilicitano estuvo bajo dominio musulmán, y su toponimia conserva muchas raíces árabes:
Daimes → del árabe daimus, “edificio” o “torre vigía”.
Algoda → de al (lugar) y gudäyyir (donde fluye el agua) o god (alto).
Algoros → al (lugar) + gurús (raíces), “lugar donde enraízan las plantas”.
Altabix → al (lugar) + tabhig (embellecer), “lugar bello”.
Jubalcoi → yybb (aljibe) + al (lugar) + quai (rico, poblado), “lugar poblado con aljibe de buenas aguas”.
Carrús (posible) → algunos lo relacionan con kurus, “vientre de animal”.
Alzabares (Atzavars) → vinculado a la planta atzavara (aloe), introducida por los árabes.
Claves: son topónimos relacionados con el agua, la fertilidad agrícola, la altura del terreno o las plantas cultivadas, reflejando la mirada agrícola y práctica de la cultura andalusí.
2. Partidas de origen latino o romance medieval
Con la romanización y la posterior repoblación cristiana, surgieron topónimos latinos que evolucionaron fonéticamente:
Pusol / Puçol → de puteus (pozo).
Maitino → de matutinum (mañana, amanecer).
Perleta → posiblemente de petrula (roca o piedra, en diminutivo).
Ferriol → de ferreolus (férreo) o catalán ferriola (fuente rojiza).
Vallongas → descriptivo del “valle largo” (vallis longa).
Claves: reflejan elementos naturales como pozos, amaneceres, piedras o valles, heredados del latín vulgar y adaptados a la fonética valenciana.
3. Partidas con origen geográfico o descriptivo
Algunas partidas describen directamente su orografía o cualidades naturales:
La Hoya / La Foia → depresión orográfica.
Derramador → tierras donde se “derrama” el agua del Vinalopó.
Matola → lugar de grandes matorrales.
Toscar → terreno pedregoso, roca calcárea.
Saladas → tierras salitrosas, con agua salada.
Peña de las Águilas → alude a la sierra, aunque irónicamente ni las águilas iban allí.
Vallongas → valle largo.
Claves: son nombres nacidos de la observación directa del paisaje y su utilidad para la o la ganadería.
4. Partidas vinculadas a la nobleza y títulos señoriales
Algunos topónimos no describen la tierra, sino su pertenencia a linajes o títulos nobiliarios:
La Marina y El Molar → originalmente “San Francisco de Asís”, renombrada en 1885.
Torrellano → del apellido Torre de Llanos, y consolidado por el título de Conde de Torrellano (1716).
Carrús → relacionado con el Marquesado de Torre de Carrús (1690).
Claves: son topónimos impuestos por la estructura feudal y la propiedad señorial tras la repoblación cristiana.
5. Partidas con origen religioso o ermitas
La religiosidad popular también dejó su huella en varios nombres:
Llano de San José → por el convento de San José (1561).
Santa Ana → por la ermita construida en 1709.
La Marina → en su origen, partida de San Francisco de Asís.
Claves: muchas ermitas y conventos actuaron como centros de referencia para nombrar los alrededores.
Conclusión
La toponimia del Camp d’Elx es un mosaico histórico:
El árabe nos habla de agua, cultivos y naturaleza.
El latín dejó términos ligados a la geografía y a la vida rural.
Los descriptivos reflejan el paisaje tal cual era.
La nobleza fijó nombres ligados a títulos y apellidos.
La religión marcó su huella con ermitas y conventos.
Es decir, en cada partida se puede leer un capítulo de la historia de Elche: desde la huella andalusí hasta la repoblación cristiana, pasando por la organización feudal y la devoción popular.
EL ALTET//L’ALTET – Como su nombre indica es fácil deducir de donde viene
su nombre, si nos damos cuenta de la orografía en donde se ubica el núcleo
urbano de esta pedanía, es un roquedal donde se asentaron en un principio algunas
casas, junto a esta elevación del terreno existe una depresión inundable por casi todas partes, lo que en un
principio - fueron les cases d’el altet
– terminó por
ser el topónimo de la partida, el conjunto de la partida esta conformada por la mini meseta y la zona inundable que con el tiempo se han convertido en campos de cultivo, urbanizaciones y casas de campo dispersas, a lo largo de la que fue zona inundable y que no tiene
nada de alto o altet.
LOS ARENALES DEL SOL//ARENALS DEL SOL – Partida de nueva creación, pues hasta los años 80 o 90 pertenecía a El Altet y a Balsares, antes de los
años 60 solo había algunas casas dispersas, un roquedal y las dunas de fina
arena, de donde toma su topónimo, adjudicado por el empresario Tomás Bañuls,
que fue el promotor de urbanizar esta zona, construyendo los primeros edificios de la zona y el hotel al cual denomino asi.
BALSARES//BASSARS – Zona depresiva inundable a través de la playa del
Carabasi y el Clot de Galvany y donde la mayor parte del año quedaban zonas con
embalses o “bassars” de agua, tengo que recordar que toda la zona sureste del
municipio tiene un suelo hídrico con arcillas impermeables, creado a través del
tiempo por acumulación de sedimentos que propician la formación de grandes
humedales. Estos embalses, son los que nos proporcionan el topónimo del lugar.
VALVERDE//VALLVERDA – Los topónimos, perduran en el tiempo, aunque la
orografía del lugar cambie, he visto escrito en algún lugar que el nombre de la
partida se le atribuye a una familia que habito en la zona de apellido Valverde, pero sin rechazar esta
posibilidad, como conocedor de la partida y a través de la lectura tener
conocimiento que la ciudad de Illice estaba unida al Portus Ilicitanus de la
Picola por una lengua de tierras más, elevadas que las depresiones inundables
por ambos lados, al este del istmo se podía contemplar un lugar con agua
permanente y mucha vegetación, lo más parecido a un gran vaguada verde, o valle verde.
Como ocurre en otros sitios con toponimia de nombre parecido, son muchos
lugares, sobre todo en Andalucía con el topónimo de VALVERDE.
Joan Castaño García, en su libro titulado Les ermites ilicitanes, cuando hace referencia a la ermita de Santa Ana de Valverde, edificada en 1742, nombra a la partida como Los Calderones.
BAYA//BAIA – El nombre de esta partida hay quien lo relaciona con
la Sierra de Tabaia que está en el norte del municipio, otros con el vocablo
árabe tabaia, que significa “tapia”, y este tiene para mí algo de
más significativo pues la partida forma una tapia entre la albufera de
Elche/Santa Pola, pero me inclino en pensar que lo que este territorio formaba
es una bahía hasta donde llegaban
las aguas y el nombre es por deformación fonética.
ASPRILLAS//ASPRELLA – Para el nombre de esta partida tengo dos conclusiones
y cualquiera de las dos son perfectamente atribuibles, la primera vendría
derivada del vocablo latín “asprus”
que significa áspero, adjetivo que encaja a la perfección con el tipo de tierra
de la zona próxima a una zona de humedales y salitrosa y la otra viene derivada
de un alga macrófita llamada “asprella”
(Chara Vulgaris) son algas hediondas propias de aguas estancadas que actúan
como filtro natural.
LA HOYA//LA FOIA – El nombre de esta partida es prolífico en la
Comunidad Valenciana sobre todo en las provincias de Alicante y Valencia y como
su nombre indica se trata de una depresión orográfica, hoya o “Clot”, otra denominación de esta partida la podemos encontrar en el libro de Joan Castaño Les Ermites Ilicitanes, cuando habla de la ermita de San Antonio de Padua, edificada en 1724, llama al lugar como Pantá de la Osa.
DAIMES – Parece ser que viene del vocablo árabe “daimus” que significa edificio, torre vigía, y por su
emplazamiento puede que así sea, esta partida está próxima a la desembocadura
del rio Vinalopó y cercana a la zona inundable, desde donde se podía otear al
enemigo.
DERRAMADOR//DERRAMAOR – El nombre de esta partida creo que
no admite discusión alguna, la desembocadura del Vinalopó se pierde en sus
tierras el rio es un azarbe que se pierde en los humedales de la zona, a esta
forma de aprovechar las aguas que llegan a esta zona mediante azarbes o “derramaors”, nos aclara el porqué, hoy
así le seguimos llamando.
LA MARINA Y EL MOLAR – Primitivamente esta partida, - creo que la más antigua de las que ahora
tiene el municipio – estaba emplazada en la sierra del Molar y se llamaba
partida de San Francisco de Asís, desde 1885 cambio su emplazamiento pasando a
llamarse La Marina por razones
obvias.
PUSOL//PUÇOL – Este topónimo también existe en la provincia de
Valencia, en el caso del homónimo viene del latín “puteus” que significa pozo, que bien podía ser por la existencia
de alguno muy importante o debido a la orografía del terreno donde se emplaza
esta partida con importantes zonas inundables y humedales.
ALGODA – El nombre de esta partida integrante del Magram árabe, las raíces de su topónimo
son claras e identificables y pueden estar relacionadas con la etimología “al” que significa lugar y “god” cuyo significado es alto, que
concuerda perfectamente con su orografía o “al”
“gudäyyir” que significa lugar donde
fluye el agua, o “aiguamoll”
también podría encajar, porque en esta zona había varios pozos de donde se
extraía buen agua y con facilidad.
MATOLA – Quizá el nombre de esta partida sea el más complicado a la
hora de encontrar una etimología que nos dé sentido a su toponimia, pero me voy
a decidir por lo que me dicta el sentido común, - lugar de grandes matorrales
-, su orografía es propicia para que se desarrollaran grandes matorrales,
varios barrancos que vienen de la sierra de Crevillente descargan sus aguas en
esta partida.
ALGOROS – Este lugar también pertenecía al Magram, tierras que
se le dieron a los musulmanes, de ahí su nombre que también encaja con la
calidad de buenas tierras para el cultivo,
“al” que como ya sabemos significa lugar y “gurús” que significa raíz de plantas, por lo tanto se puede
traducir como: - lugar donde enraízan las plantas, - terreno propicio para
cultivar.
LLANO DE SAN JOSE//PLA DE SANT JOSEP – Esta partida, forma prácticamente
en su totalidad parte del casco urbano y toma el nombre del Convento ubicado en
la margen derecha del rio Vinalopó que se erigió en 1561 a las afueras de la
ciudad en una zona que se denominaba “el
Pla”.
ALZABARES//ATZAVARS – Esta partida, ubicada en la zona sureste de la
ciudad, dentro de sus límites estuvo enclavada la antigua ciudad de Elche,
donde ahora se encuentra el yacimiento de la Alcudia. Como todos los topónimos,
cuando no sabemos a ciencia cierta su
significado, fluyen diversas teorías, en este caso han escrito que puede ser
derivado de la palabra azarbe, pero yo he llegado a la conclusión que viene de la
planta de la inmortalidad “atzavara”
autóctona del norte de África e introducida por los árabes en la península,
apreciada por los médicos musulmanes por su cantidad de propiedades curativas,
de donde extraían el aloe y el zumo de acíbar, posiblemente en esta zona su
cultivo fue generalizado.
ALTABIX – El nombre de Altabix, también creo que en algún tiempo
se utilizaron – Artabix, Altabaig, o Altabich, - prevaleció ante todos los demás
el que ahora utilizamos y etimológicamente al que más significado podemos
encontrar; esta denominación le encontramos significado si tenemos en cuenta
que “al” significa lugar y “tabhig” significa embellecer o
decorar, de donde podíamos extraer que se trata de un lugar bello,
bonito, un lugar idílico.
JUBALCOI//JUBALCOY – Este lugar de buenas tierras para el cultivo, al
noreste del casco urbano de la ciudad, como la mayoría de partidas tiene sus raíces
en el idioma árabe que tanta huella nos dejo y aun conservamos,”yybb” significa aljibe, “al” lugar y “quai” tiene varios significados, fuerte, rico, poblado, podríamos traducir
como: Lugar poblado donde hay un aljibe de ricas aguas.
MAITINO – Este topónimo según he podido leer viene del vocablo “matutinum” que significa mañana o amanecer. Por deformación
gramatical se ha convertido en el topónimo que ha llegado hasta nuestros días.
Si observamos lo orografía de la tierra que ocupa esta pedanía, nos puede
encajar este apelativo, porque viniendo de la ciudad en dirección este, quizá sea
uno de los lugares donde primero se ve amanecer a través de la vaguada que hay
donde ahora está el aeropuerto y la urbanización de Urbanova.
PERLETA – Casi todos los topónimos que he leído de esta pedanía
están relacionados con el vocablo latín “petrula”
que significa roca o piedra y
empleando diminutivos llegar a la actual denominación. Aquí me voy a permitir
discrepar de esa teoría y voy a exponer la mía, a pesar que no la pueda
sustentar con muchos argumentos, pero si conozco sus tierras, por cierto buenas
y muy productivas y salvo una loma que comparte con la pedanía de Valverde hay
pocos lugares que podamos identificar como zona rocosa, sin embargo me atrevería
a decir que estas tierras son una “perleta”,
o sea tierra muy codiciada, por su productividad y cercanía a la
ciudad. En "Les Ermites ilicitanes segons manuscrit del segle X" de Joan Castaño García, cuando hacen referencia a la ermita de Sant Vicent Ferrer de Perleta dicen que se encuentra en la partida de el Aljub.
TORRELLANO – Sobre el topónimo de Torrellano, se ha escrito mucho,
y aquí quiero reflejar varias de ellas, para después exponer mi teoría. En
Wikipedia desmontan perfectamente la posibilidad de que proceda de la
existencia de una “torre” y un “llano”, o un “pla”, si no que procede
del apellido del señor del lugar, Torre de Llanos, hay documentación escrita
con esta nomenclatura, hay que recordar que la zona se repobló con gentes
venidas de Asturias, Extremadura, Aragón y Cataluña. En Cataluña a las casas de
verano les llaman “torres”. De todas
formas lo de identificar esta zona con el nombre de Torrellano es una cosa muy
reciente, de ahí que de forma oral haya llegado hasta nuestros días la denominación
LO I MORE, pero este topónimo no sería
más importante que cualquier otro por pertenecer, solo a la denominación de una
finca muy extensa de la zona. El topónimo Torrellano podemos decir sin temor a equivocarnos, que
viene del título nobiliario CONDE DE
TORRELLANO concedido a Juan Francesc Baíllo de Llanos por Carlos
de Austria en 1716 y ratificado posteriormente por el rey Felipe V en 1728. La división
territorial en partidos rurales, se produce entre mitad y finales del siglo XIX,
pero el sentido identificador como tal, todavía tarda algunos años más en
llegar, solo a nivel institucional se utiliza el topónimo para señalar una
zona, hay un detalle que nos puede aclarar esto que digo. En 1905 entra a
funcionar el TREN CHICHARRA que unía a las poblaciones de Alicante y Crevillente,
este tren tenía una parada en el Portixol y la siguiente en Torrellano, se denominaba, LLANO DE LAS MANOLAS, donde había una
venta, lo que nos hace suponer que el nombre de Torrellano no se utilizaba de forma generalizada.
Hay un rumor y hasta alguien ha dejado escrito que el nombre de Torrellano viene de una antigua Torre del Pla, cosa equivoca, pues la torre del pla, estuvo ubicada el el Pla de Sant Josep de Elche, casi al principio de la calle La Torre, - llamada asi por la existencia de la Torre del Pla o Torre de Siuri - y la calle Federíco García Lorca, al sur del paseo de Germanías, esta torre era propiedad del Marques de Carrus.
SALADAS//LES SALADES – Llamada así por razones obvias,
tierras salitrosas y el agua que salía de los pozos y minas era de alta graduación
salina, de hecho en la zona norte de Torrellano lindando con Saladas hay una
zona conocida como EL SALOBRE, pero mis conocimientos me impiden conocer si había
un humedal o hasta aquí llegaba el agua del mar inundando la zona.
SANTA ANA – Pasando el Portell de Salades y el camí des Bous
podemos encontrar la pedanía de Santa Ana, denominada así por la existencia de
una ermita construida en 1709 y ahora derruida donde solo quedan unas piedras mal emparejadas, la cual dio nombre a la partida. Esta ermita estaba consagrada a Santa Ana, abuela de Jesús de Nazaret.
Esta partida que hoy esta ocupada en su mayoría por residencias de veraneo, de propietarios ilicitanos pero en su mayoría creo que son de Alicante, en su momento tuvo su auge porque era zona de paso estratégico.
VALLONGAS//VALLONGUES – Pedanía prácticamente deshabitada,
recibe el topónimo del lugar que ocupa al rebasar la serranía podemos ver un “valle largo”, comunicado con el valle
del Vinalopó y llega hasta el mismo Alicante, junto a las Atalayas de Alicante
hay una zona llamada PLA DE VALLONGUES que pertenece a la capital.
FERRIOL – Esta pedanía está ubicada en plena montaña, al
noreste del casco urbano, apenas hay casas habitadas durante todo el año, se
cree que el topónimo viene del latín “ferreolus”
que significa lugar férreo, o del catalán
“ferriola” fuente rojiza. Este lugar
ha sido la cantera de la ciudad para hacer las grandes construcciones de los
distintos enclaves que tuvo Elche y digo yo porque no pudo ser un lugar donde se extraía hierro.
CARRÚS – Este topónimo también está algo indefinido, he leído que
puede venir del mallorquín “carruixa”
o del árabe “kurus” que significa
vientre de animal, pero el sentido común me indica conociendo el paraje, poco
productivo, montañoso y lleno de barrancos y pedregales pudo pertenecer a una
sola familia de apellido RUS, pues sabemos
que en valenciano, el vocablo CA unido
a un nombre significa “casa de”, y lo
que sí sabemos con certeza es que en 1690 se otorgó el Marquesado de Torre de Carrus,
titulo rehabilitado en 1930 por Alfonso XIII, y al igual que Torrellano, de aquí
puede que proceda el apelativo actual.
TOSCAR – Esta pedanía hoy no existe como tal y posiblemente nunca existió, hoy esta enclavada y absorbida por
la ciudad, pertenecía a el Carrus, una partida muy extensa al norte de la ciudad, toma el nombre de una gran hacienda que asi se denominaba, porque gran parte de la finca estaba en un lugar donde había mucha roca, de ahí el topónimo “toscar” que significa zona
de roca calcárea.
PEÑA LAS AGUILAS//PENYA D’ AGUILES – Esta pedanía nace al calor
de una zona residencial, antaño era un paraje lúgubre y la actividad agrícola se reducía a la mínima expresión. El topónimo de esta partida,lo toma de la sierra denominada asi, la cual ocupa gran parte de este termino; me
atrevo a decir que se aplica por todo lo contrario de lo que podemos deducir
cuando leemos el epígrafe, conociendo
la orografía del terreno podíamos decir: “Aquella es una zona donde no
van ni las águilas”. Y si no es esto que me perdonen, hoy dia es raro ver
especies de esta fauna en la zona. Lo que sí que hay que aceptar haya águilas o
no, como topónimo queda muy bien.
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